8 de marzo
8
de MARZO: DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER
JOHN
LENNON Y LA DISCRIMINACIÓN DE LAS MUJERES
Hace
más de 40 años Lennon, con Yoko Ono, compusieron e interpretaron
una canción muy poco difundida y conocida en cuanto a su contenido,
que es una verdadera denuncia sobre la situación de menoscabo y
desprecio de las mujeres.
Su
título es “LA MUJER ES EL NEGRO DEL MUNDO”, que entre
otras cosas dice, más o menos lo siguiente:
“La
mujer es el negro del mundo
Sí,
ella es... piénsalo
La
mujer es el negro del mundo
Piénsalo...
haz algo al respecto
La
hacemos pintar su cara y bailar
Si
no quiere ser esclava, decimos que no nos ama
Si
es real, decimos que está tratando de ser un hombre
Mientras
la bajamos fingimos que está por encima de nosotros
La
mujer es el negro del mundo... sí lo es
La
mujer es la esclava de los esclavos
Ah
sí... mejor grita al respecto
La
hacemos parir y criamos a nuestros hijos
Y
luego dejamos su piso por ser una vieja madre gorda
Le
decimos que su casa es el único lugar donde debería estar
Entonces
nos quejamos de que es demasiado poco mundana para ser nuestra amiga
La
insultamos todos los días en la televisión
Cuando
es joven, matamos su voluntad de ser libre
Mientras
le decíamos que no fuera tan inteligente, la apartamos por ser tan
tonta
La
mujer es la esclava de los esclavos
Sí,
lo es... si me crees, será mejor que grites al respecto.”
Si
bien la lucha por sus derechos viene de mucho tiempo atrás, la
visibilización no había alcanzado los niveles de la actualidad, por
lo que esta canción desnuda la postura cínica e hipócrita de la
cultura imperante.
Recogiendo
el reclamo de activistas y sus movilizaciones, la ONU en 1975
consagra al 8 de Marzo como Día de
la Naciones Unidas para los Derechos de la Mujer y la Paz
Internacional, recordando a las
más de 100 obreras textiles que en 1908, fueron violentamente
reprimidas en Nueva York, por reclamar mejoras en su situación
laboral.
En
su resolución las Naciones Unidas recomendaron a la comunidad que en
esa fecha se promovieran actividades en contra de la violencia, la
desigualdad y la discriminación de las mujeres, reconociendo que la
mujer haya tuvo siempre un rol secundario en la planificación y
ejecución de proyectos de incidencia en la comunidad.
Sin
dudas que los condicionantes históricos, culturales, sociales y de
poder, han modelado y determinado esquemas injustos y
desigualitarios, que favorecieron a los hombres y relegaron a las
mujeres.
Por
ello, en el VIIIº Congreso de las NU sobre la Prevención del
Delito, (La Habana, 1990), se dictaminó: “La
violencia contra la mujer es el resultado de un desequilibrio de
poder entre el hombre y la mujer, y que la violencia sirve para
mantener dicho desequilibrio”, definiéndose a la misma
como “todo acto, omisión, conducta dominante o amenaza, en
cualquier esfera, que pueda tener como resultado el daño físico,
sexual o psicológico de la mujer”.
Incluyendo
dentro de esa violencia, la que se produce en el
seno familiar comprensiva de: “la
agresión física, el incesto, la violencia relacionada con la dote,
la violación conyugal, la circuncisión femenina y la
explotación financiera, como la
que procede de la vida social expresada en: la
violación, el mal trato sexual, hostigamiento sexual e intimidación
en los lugares de trabajo, trata de blancas, prostitución forzada y
la presentación degradante en los medios de comunicación” (lo
que a diario sucede).
En
latinoamérica, producto de una cultura sui-generis todas las
desigualdades se potenciaron y cobraron una dimensión especial, por
ello las diferencias entre ricos y pobres, instruidos y analfabetos,
mujeres y hombres, etc., se profundizaron.
Para
el caso de las mujeres, éstas estaban o están, en una situación de
semi-esclavitud, y que en el Congreso de Ecología Humana y Social,
(Porto Alegre, Brasil-1991), se afirmó: "En
Latinoamérica la Miseria tiene cara de Mujer".
En
el terreno ambiental su situación no ha sido una excepción, por
ello la Declaración de Río 92 sobre Ambiente y Desarrollo consagró
en su principio Nº 20: "Las mujeres desempeñan un
papel fundamental en la ordenación del medio ambiente y en el
desarrollo. Es, por tanto, imprescindible contar con su plena
participación para lograr el desarrollo sostenible".
Entender
estas cuestiones es un buen punto de partida para cambiar y para que
los seres humanos comprendamos la necesidad de integración e
igualdad, y dejemos de disputar espacios de poder que nos retrasen el
crecimiento común.
AUTOR:Ricardo Luis Mascheroni